Revista Historia y Justicia, Dossier, n°1, 2013.
A partir del análisis de un expediente por robos, iniciado el 18 de marzo de 1895 en Buenos Aires, este artículo propone una aproximación al circuito económico informal que generaría la práctica criminal contra la propiedad. Esta circulación de robos daría cuenta de la extensión social del delito, por cuanto incorporaría nuevos sujetos, con roles específicos, constituyendo una red social compleja cuya extensión va más allá de la perpetración del hecho delictivo. La extensión de la práctica delictiva permitiría comprender el concepto de “vivir al día”, como alternativa a la “ética del trabajo” sobre la cual se configura la adscripción de los sectores populares al mundo laboral.