Santiago, Acto Editores, 2014, 228 páginas.
El libro es un estudio colectivo que se pregunta por el funcionamiento de la justicia porteña y nacional entre los siglos XVII – XX y su vinculación con las lógicas cotidianas. La obra se divide en dos áreas de análisis. La primera se centra en las instancias de formación de la justicia chilena, mientras que la segunda, lo hace en los conflictos y relaciones de poder que se desprenden de su uso. Ordenado en siete artículos, a cargo de distintos historiadores e historiadoras, revisa los procesos de organización y administración de la justicia, la conjunción de culturas legas y letradas y la constitución de escrituras judiciales y su institucionalización por medio de los archivos. La atención a la conflictividad judicial acerca al ejercicio judicial cotidiano. Así, la justicia examinada desde los afanes y sucesos del día a día se enfrenta con los usos de la ley, con la dirección que sigue la justicia, con los tribunales, con los agentes de justicia, con sus usuarios, con los testimonios y pericias, con la prensa y la academia, con experiencias individuales y colectivas.