Revista de Humanidades, Santiago, 33 (2016): 105-134.
Tras una breve presentación de las escribanías de Santiago de Chile en los siglos XVII y XVIII, este artículo analiza el quehacer práctico de los oficiales de pluma, tal como surge del examen de los protocolos notariales de la ciudad. Destaca la importancia de la mano del escribano, el uso de la palabra oral, o la ausencia de ella, en diversas situaciones que se consideran usuales en aquél tiempo. Pese a los supuestos límites de la cultura escrita en tanto medio de comunicación popular en la sociedad colonial, subraya la amplitud de la instancia notarial en el cotidiano urbano y las múltiples posibilidades de expresión que ofrece para otorgantes discapacitados o incapacitados.