Los pleitos por injurias, seguidos en distintas instancias de justicia en Chile y explorados en la larga duración, muestran que una parte de los litigantes fueron actores que contaron con derechos especiales para poder litigar sus causas: ellos solicitaron y obtuvieron el caso de corte o el privilegio de pobreza. Estas figuras permiten que individuos desvalidos accedan a los escenarios judiciales para exigir reparación y castigo, o bien, justificar actos e intenciones. Luego de ofrecer un panorama de su presencia en un vasto corpus documental, aquí se examinan los casos en que ambas posibilidades co-existieron en un mismo proceso con el propósito de contribuir al conocimiento de la cultura jurídica hispanoamericana y a la práctica de la “justicia judicial” chilena —que pervive aun ya avanzada la República.